
El anillo de compromiso: historia, significado y esa magia que no pasa de moda
¿Te has preguntado de dónde viene esa tradición tan icónica de entregar un anillo de compromiso? ¿Siempre ha sido un diamante? ¿Siempre se ha usado en el dedo anular? ¿Y por qué ese dedo, por cierto?
Hoy te vamos a contar el chismecito histórico detrás del anillo de compromiso. Porque más allá del brillo y el “sí, acepto”, esta pequeña joya tiene un montón de historia y simbolismo que vale la pena conocer.
Spoiler: la historia detrás del anillo de compromiso es más antigua (y más interesante) de lo que imaginas. Y aunque hoy lo vemos como un gesto profundamente romántico, no siempre fue así.

Egipto, Roma y el símbolo del círculo eterno
La idea del anillo como símbolo de amor viene del Antiguo Egipto. Ahí, el círculo ya representaba la eternidad, y el anillo significaba una conexión que no se rompe. Eran sencillos, hechos de materiales naturales como cáñamo, hueso o cuero, y se colocaban en el dedo anular izquierdo porque creían que por ahí pasaba una vena conectada directamente al corazón: la famosa vena amoris.
Después llegaron los romanos, que adoptaron la tradición con un giro práctico. Ellos usaban anillos de hierro, como un contrato de compromiso legal. Era su forma de decir “te reservo” antes del matrimonio. Si eras de clase alta, el anillo podía ser de oro y llevar detalles más elaborados.
💡 Curiosidad: algunos anillos romanos tenían grabadas pequeñas llaves, como símbolo de acceso al hogar (y al corazón, seamos cursis).
Edad Media: el amor se viste de piedras preciosas
En 1477, el archiduque Maximiliano de Austria le dio a María de Borgoña un anillo con pequeños diamantes. Y ese gesto marcó historia: fue uno de los primeros registros de un anillo de compromiso con diamantes. A partir de ahí, los anillos se convirtieron en un símbolo de amor entre la nobleza y se empezaron a usar gemas preciosas como zafiros, esmeraldas y rubíes.
Durante los siglos siguientes, los anillos eran cada vez más elaborados. En la época victoriana, por ejemplo, eran comunes los diseños florales, con varias piedras y pequeños grabados ocultos. Era como llevar una historia en el dedo.

Siglo XX: cómo el marketing cambió las reglas del juego
Aunque los diamantes ya eran conocidos, no fue hasta 1947 que se volvieron casi sinónimo de compromiso. Todo gracias a una campaña publicitaria de la marca De Beers, con la ahora icónica frase:
“A diamond is forever” (un diamante es para siempre).
La campaña fue tan poderosa que no solo posicionó al diamante como símbolo de amor eterno, también instaló la idea de que el anillo debía costar dos o tres meses de salario. Y aunque esto no es una regla, muchas personas lo tomaron como estándar.
Desde entonces, el anillo de compromiso con diamante se convirtió en el más deseado, el más retratado en películas, y el que muchas personas tienen en mente al imaginar el gran momento.
¿Y por qué en ese dedo?
Volvemos a la vena amoris. Aunque ya sabemos que no existe como tal, la tradición de usar el anillo en el dedo anular izquierdo se mantuvo viva porque… bueno, es bonita. También hay algo simbólico en tener el anillo tan cerca del corazón.
Eso sí, no es igual en todo el mundo:
En países como Alemania, Rusia o Noruega, el anillo de compromiso se lleva en la mano derecha.
En Chile, se usa primero en la mano derecha durante el compromiso y luego se cambia a la izquierda para la boda.
En India o en algunas culturas musulmanas, en lugar de un anillo, se puede entregar otro tipo de joya o hacer una ceremonia simbólica.

¿Siempre es un diamante? Spoiler: no
Aunque sigue siendo la opción más popular, hay muchísimas alternativas:
Zafiros, como el que llevó Lady Di (y ahora Kate Middleton)
Rubíes, esmeraldas, moissanitas (una piedra brillante y sostenible)
Piedras de nacimiento o que tengan un significado espiritual para la pareja
Diseños minimalistas o sin piedra, para quienes prefieren algo más discreto
Anillos artesanales o incluso con materiales reciclados, que cuentan una historia personal
Hoy no hay reglas. El mejor anillo es el que conecta con ustedes y su historia.

Lo que representa el anillo (más allá de la joya)
Un anillo puede parecer algo pequeño, pero en realidad es una declaración poderosa. Representa:
Un “quiero compartir mi vida contigo”
Un compromiso más allá de lo visible
Un recuerdo constante de lo que decidieron construir juntos
Y el círculo, sin principio ni fin, lo dice todo: amor, continuidad, unión. Es una forma de llevar una promesa viva todos los días.
¿Qué pasa en otras culturas?
La forma de comprometerse cambia dependiendo del lugar:
En Suecia y Noruega, ambos miembros de la pareja usan anillos desde el compromiso.
En Japón, aunque la tradición del anillo occidental se ha vuelto popular, muchas parejas aún hacen ceremonias privadas sin joyas.
En India, el compromiso puede incluir collares, brazaletes u otras piezas de joyería, dependiendo de la región y la religión.
Y en algunos lugares… ni siquiera hay anillo. Solo la decisión compartida de dar un paso adelante.

Si estás soñando con tu anillo…
No importa si es grande, pequeño, brillante o sin piedra. El mejor anillo es el que representa su historia y lo que desean construir.
Tal vez sea una herencia familiar, un diseño que hicieron juntos, o algo que eligió la otra persona con mucho amor. Lo que importa es lo que significa para ustedes.
Porque un anillo no es una meta, es una señal de que están listos para caminar de la mano hacia todo lo que viene.